Desde la antigüedad, la gente ha dado ámbar a la resina fósil, que se cree que tiene propiedades milagrosas durante millones de años. Las pequeñas joyas de ámbar a menudo costaban más en el mercado que los jóvenes esclavos, porque el transporte del ámbar a Roma a lo largo de la Vía del Ámbar entrañaba grandes dificultades. Se recomendaron joyas de ámbar en diversos casos.